martes, 3 de noviembre de 2009

El Simca 1000, relato y realidad

!Carlos se ha despeñado en La Cornisa¡, !que dices¡, ¿se ha hecho daño?, no, afortunadamente parece que está bien, me respondió mi padre. Según le comentaron, se dirigía desde Can Curgui en dirección a Can Bernardó, cuando en una curva de la nueva pista de tierra, el sol le deslumbró, perdiendo temporalmente la visión y lanzándose por un terraplen de arena, donde se detuvo unos 20 metros más abajo al chocar contra una gran piedra.


Por la noche era la comidilla del grupo; apareció Carlos repitiendo la explicación que ya conocíamos. Mate y yo, junto a otros "expertos" no acabamos de ver claro todo aquello, nos miramos escépticos, pero no hicimos ningún comentario. Al día siguiente decidimos hacer una expedición aclaratoria al lugar del accidente y para reproducir las mismas condiciones, fuimos a la misma hora, las 4,30 de la tarde aproximadamente. Naturalmente utilizamos nuestras futuras clásicas, Lobito, Cota, etc. Al llegar al sitio, lo primero que pudimos apreciar fué que la posición del sol estaba a unos 180º de la que tendría que tener para deslumbrar en la curva, o sea al otro lado, debía situarse en el Este y estaba en el Oeste. No consideramos posible un cambio de órbita temporal del sol, de modo que esta hipótesis quedaba descartada. A continuación, examinamos las trazadas de la pista; en un posible deslumbramiento, se deberían apreciar marcas lineales y un brusco cambio de dirección. Sin embargo, lo que podíamos ver eran las marcas de tierra lanzadas fuera de la trazada, lo que significaba que el coche estaba dando gas y derrapando. Intentamos visualizar la escena, el Simca 1000 de color azul, un todo atrás (tracción y motor), ascendía por la pista negociando la curva anterior de izquierdas a toda velocidad y con el pequeño motor exprimido al máximo. Dado que la curva del accidente es un semi-ángulo de derechas y podía frenar la marcha, Carlos intentaba mantener la velocidad haciendo una trazada más abierta, mordiendo cunetas, de repente al entrar en la curva, el contradesnivel junto con la arenilla depositada sobre el camino, provocan un fuerte subviraje, el contravolanteo no puede corregir la tremenda derrapada del tren trasero y el coche se encara hacia el interior de la curva y ....... el talud. Afortunadamente la pendiente de sauló recien extendido hace de freno y el Simca se detiene. Nos quedamos pensativos, de pronto nuestro amigo de iniciales M.C. desde el fondo del terraplen lanza un grito: !!Lo sabía, es que lo sabía¡¡, bajo el tapacubos abollado del Simca asoma un ejemplar arrugado de la última edición del Sport-Auto, la prestigiosa revista francesa del automóvil y aporta una información que lo clarifica todo, la prueba definitiva, el trebol de cuatro hojas de todo CSI: la publicación estaba doblada justo por la página en la que aparece Sandro Munari a bordo del Lancia Fulvia HF en un tramo del recien celebrado Rally de Córcega. Se había hecho la luz. Carlos después de leer el artículo tuvo un subidón de adrenalina y como un Mr. Hide cualquiera se lanzó a tumba abierta a emular a uno de nuestros héroes de aquellos días, para finalmente adquirir por el procedimiento de urgencia una preciosa parcela con vistas sobre el skyline de Barcelona. Todos lo comprendimos, nos miramos, sabíamos que no podíamos contar nada, Carlos era nuestro amigo, hicimos un pacto de silencio que ha durado 35 años, .........., ejem, bueno en realidad, .......... duró un poco menos, esto ............. unos veinte minutos, el tiempo justo de bajar a toda leche desde Sant Mateu, por el camino de Las Piedras y contarlo todo a un círculo reducido de amigos, como hizo José Luís Dominguín después de llevarse al catre a Ava Gardner.

(nota: basado en anécdotas reales)

Hasta aquí, los hechos novelados en base a lo que me contaron, afortunadamente su protagonista, Carlos, me ha enviado el relato exacto y milimétrico de lo sucedido y hay algún punto incorrecto (podeis verlo en los comentarios). De entrada no subía, bajaba, por lo que el sol si que le daba de cara; por ello muchos no entendimos la excusa, pues en teoría no colaba nada, aunque este no fué el motivo, sino una brusca derrapada. No había sauló (arena) recien extendida, es un fallo de memoria, pues ya habian crecido los matorrales. Lo de la revista es directamente una invención mía, una libertad para explicar que los aficionados al motor, de jóvenes, hemos intentado reproducir personalmente aquello que hemos visto en las revistas y aunque no fuera aquel número, aquel día llevaba algún ejemplar interiorizado.
Pero lo mejor de todo son las imágenes del momento (http://picasaweb.google.es/cfreixas1/SIMCA1000), que desconocía por completo, que explican por qué el suceso fué muy comentado entonces y que ahora he incluido. Todos hemos hecho nuestra novatada con el coche, pero pocas tan espectaculares como esta y con final tan feliz.























5 comentarios:

  1. Que gran pluma tienes ! Además de una vigorosa memoria. Tengo la fortuna de conocer el entorno que describes en tus anecdotas. Al pertenecer al grupo de los "pequeños" cualquier movimiento que hicierais, por irrelevante que fuera, quedaba elevado a la categoría de HAZAÑA, ¿porqué?, pues simplemente porqué erais los mayores, y los mayores siempre hacíais cosas singulares. Nosotros nos conformábamos con poder poner unas pelillas de gasofa ( 1 lt. 12 ptas primera paridad que recuerdo) en nuestras vespinos, mobylettes y similares mientras que vosotros ya rodabais en vuestras flamantes lobitos, cotas y sherpas, en una o dos ruedas, solos o con chavala a cuestas. Gracias por traerme a la memoria las vivencias de la época y las delicias de tus relatos. Eu. T.

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  2. José Ignacio13/11/09, 18:01

    Si si si, fue así mismo. Recuerdo que el grupo de los pequeños tuvimos el privilegio de llegar antes que el equipo de CSI. (Los mayores debían estar entretenidos bailando "yetem" y cosas de esas. La escena era dantesca, creo recordar al Sr. Freixas junto con otros "mansos" analizando la escena.

    El recuerdo que más me impresiona es que pensabamos "si a nosotros nos pegan dos yoyas por catear história, a este que le van a hacer?"

    Lo cierto es que ninguno de nosotros se tragó lo del sol, ja jajaja

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  3. Carlos Freixas16/11/09, 1:11

    Querido Fernando,

    Me ha hecho mucha ilusión que expliques la anécdota del Simca 1000, pero me temo que o
    bien la memoria te ha jugado una mala pasada, o estás en un error desde hace 35 años, y ahora mismo
    y por alusión directa tengo que replicar y puntualizar exactamente qué ocurrió.

    Recuerdo perfectamente toda la escena , y tengo muy bien grabados todos los detalles en mi "disco duro".

    Era sábado. El ocho de Diciembre de 1973 (me acuerdo muy bien del día porque era el santo de Ima, -mi mujer ahora-)
    Hacía exactamente ocho días que tenía el carnet de conducir (es del 30.11.1973) Yo no tenía mucha idea de conducir un
    coche y iba por la cornisa bastante ligerito, mucho más de lo que hubiera sido razonable para tan escasa experiencia.
    La verdad es que era la primera vez en mi vida que circulaba sobre tierra y en cuatro ruedas. Eran entre las cuatro y media y las cinco de la tarde,
    y el sol estaba poniendo. Tenía ganas de experimentar el derrapaje en coche. El Simca 1000 con motor atrás tenía una
    gran tendencia a sobrevirar, y además tenía la suspensión más blanda que he probado nunca.

    Yo BAJABA por la cornisa, no subía. No sé de dónde ha salido la información de que yo que subía. Yo bajaba, esto es seguro y por eso tu historia
    no encaja. El sol ponía, cierto, me deslumbró, cierto, pero ese no fué el motivo de mi "excursión", esa fué la excusa
    para que no me cayera una soberana bronca. Yo iba muy pasado, bajando, la curva en cuestión era una a izquierdas
    redonda, y cuando a la salida de la misma, con las ruedas aún giradas ACELERÉ a tope, el coche
    se fue de atrás, el morro asomó por el barranco, y en vez de frenar, no hice nada, me quedé bloqueado, viendo cielo y el sol
    poniendo por el parabrisas, como si fuera una pantalla de cine . El Simca empezó a rodar por el margen, y me salvó que tuviera el motor atrás pues se deslizó por la pendiente sin volcar. Si me hubiera salido un poca más abajo, seguro que me hubiera hecho daño, ya que la pendiente hacia Teyà
    es allí cada vez más pronunciada. Si fuera cierta tu versión de que yo subía por la cornisa, el coche se hubiera ido de atrás en la curva anterior
    y hubiera encarado la pendiente de culo, volcando irremisiblemente.

    Dejo aquí el enlace a algunas fotos: http://picasaweb.google.es/cfreixas1/SIMCA1000
    y a la curva en cuestión: (no me deja pegar el enlace a Google Maps, te lo mando por e-mail).
    En ellas se puede apreciar que no hubo nada de violencia en ese "accidente".
    Fue una suave excursión que casi no dañó al coche y que no tuvo para mí ninguna secuela física. No me hice ni un rasguño.
    El pobre Simca con el peso del motor en la trasera se deslizó como por un tobogán. Por eso lo de que encontrasteis al día siguiente Mate y tú paginas sueltas de la revista Sport Auto es otra leyenda urbana, o directamente una invención, ya que el coche quedó intacto. Las puertas cerradas, y la estructura exterior perfecta.
    No salieron páginas volando porque no había ninguna revista en el interior. Yo leía muchos Sport Auto en esa época , cierto, pero ese día no llevaba
    ninguno en el coche: era el coche de mi madre! Yo tenía carnet desde hacía siete días. Era mi primer fin de semana al volante.

    Por cierto que ese día.y a esa hora no pasaba nadie por la cornisa. Estuve esperando un buen rato hasta que pasó un "endurero" que
    ese sí que subía, pues venía de Teyà e iba a entrenar un tramo que se disputaba al día siguiente por la zona del Dolmen / Cal Arcís. Cuando le dí el alto
    y vió el coche allí abajo se asustó mucho y pensó que podría estar herido. Me llevó hasta Premià en la moto, fué muy amable.

    Bien, esta es la historia. Seguiremos en contacto contando batallitas. Saludos cordiales a todos.

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  4. Ahora sí!! La historia es exacta, tal y como la ha contado Carlos. Acompañé a mi padre hasta el lugar. La "recuperación" del Simca fue espectacular, pues hizo falta una grua con mucha "pluma" para elevarlo y volver a posicionarlo en la pista.Como veis en la foto, el desnivel es serio de verdad.
    En casa no paraban de sustos con nosotros. Después del "tramo" de Carlos, el Simca y yo, sin carnet de conducir todavía! protagonizamos un vuelco con caída en una zanja abierta. No iba solo, aquél día disponía de copiloto y todo, como en los rallyes de verdad. Sabéis quien? Eugenio Tiana. Tal vez él recuerde la hazaña, y se anima a ampliar datos desde su visión. El Simca quedó a 90º, yo encima de Eugenio. Vino "todo" el mundo a socorrernos. Sabéis quién solucionó el tema? Pues J.Mª Reixach, quien no se anduvo con pequeñeces y fue a buscar un "Dumper", cuerda, cargó al máximo (de gente!) el volquete, y arriba!! Batallitas,...

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  5. Recuerdo perfectamente el vuelco con el Simca 1000 estando Ernesto al volante. No se si fue emulando a su hermano Carlos, pero lo cierto es que fue un caso de auténtica mala suerte. Estabamos rodando por una urbanización en la que solo había calles asfaltadas configurando las diferentes parcelas que iban a ser edificiadas eu un futuro proximo. Curva y pequeña derrapada. Siguiente curva y una nueva derrapada. ¡ Coño, Eugenio, esto de derrapar está chupao !. Mas curvas y mas derrapadas. En la última curva de izquierdas a Ernesto se le fue el pie derecho demasiado hondo y pegó una tremenda derrapada. El simca 1000 se desplazó lateralmente hasta impactar con las ruedas del lado derecho en el bordillo. El impacto de la rueda delantera y trasera fue al únisono por lo que el simca, por la fuerza centrífuga pivotó sobre ssi mismo y empezó a elevarse por el lado del conductor hasta volcar. Recuerdo toda la escena como si hubiera transcurrido en cámara lenta . La mala suerte es que, justo en el lugar del vuelco habían excavado una especie de cubículo del tamaño ...... del tamaño de un Simca 1000 !! pues el coche quedo PERFECTAMENTE encajado en dicho hoyo que, supongo, se había excavado para el alumbrado público. El resto de la historia es tal como la ha descrito Ernesto.

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