El cruce de la avenida Diagonal con Paseo de Gracia es uno de los que tiene más tráfico de Barcelona. La Diagonal tiene allí, dos carriles en cada lateral y cuatro carriles centrales, Paseo de Gracia por su parte tiene hasta Diagonal el mismo número de carriles que esta, por encima de ella dos ascendentes y otros dos descendentes. En horas punta, es algo muy similar a una selva urbana, en la que comparten espacio desde los camiones de reparto, hasta los autobuses y taxis, pasando por los vehículos particulares, ambulancias, motos y ciclistas.
Las motos aquí podrían ser el alter ego de unas gacelas de Thomson, ágiles y veloces, circulan cambiando de carril de forma algo anárquica. Uno de los puntos preferidos es el cambio entre calzadas centrales y laterales, que está prohibido. Pero, claro, en toda selva que se precie, y esta lo es, existen los depredadores, que cumplen su función y que en nuestra historia llevan uniforme de policía municipal. Casi cada día a primera hora de la mañana, ocupan su puesto de avistamiento, pero en este caso lo hacen sin disimulo, sin camuflaje, de cara. Las motos vienen por Diagonal y de forma continua, hacen el cambio de carril prohibido. No importa que estén casi cada día a la misma hora y que la mayoría de conductores que a esa hora hacen la ruta, la repitan una y otra vez; llegan al cruce y se lo saltan.
El urbano, relajado y tranquilo, detiene a un motorista; mientras redacta la multa, otras motos siguen saltándose el cruce, pero el ni se inmuta, ni mira hasta que termina con el incauto, levanta la vista y ... otro. Sabe que no le van a faltar nuevas presas, que al igual que los salmones cuando van a desovar, o los ñus y las cebras cuando en su migración anual cruzan los ríos de la sabana africana, donde les esperan osos y cocodrilos respectivamente, los motoristas no pueden escapar a su destino, seguirán pasando y saltándose la prohibición una y otra vez (Si en un momento de euforia sancionadora, se le ocurriera parar a todas las que se lo saltan, bloquearía la confluencia de calles y con ella media ciudad).
A veces parece que las personas en lugar de utilizar nuestra parte de cerebro evolucionado, tiramos de genética y piloto automático, actuando de forma mecánica y programada (igual esta es la de verdad evolucionada). Me refiero a que hay comportamientos, y este es uno bien insignificante, que no podemos evitar.
Lo mismo sucede, por ejemplo, en senderos y caminos de parques urbanos y zonas públicas. Si el proyectista ha diseñado un trazado excesivamente complejo o no hay un punto de interés (paisajístico, arquitectónico, etc) que nos compense la vuelta que hay que dar ..... zas, atajo, que será rápidamente seguido por una multitud de personas hasta quedar marcado en el césped, pavimento, seto o lo que se ponga por delante.
Nota: los urbanos hacen su trabajo haciendo cumplir unas normas que en este caso me parecen excesivamente rígidas. El cruce de motos tiene aquí una anarquía perfecta que, en mi modesta opinión, no entorpece el tráfico. Yo, finalmente, después de mucho tiempo jugando, al final decidí tomar antes el lateral y evitar el cambio de carril.
Fantástico, me he partido leyéndolo. Y las fotos, geniales, sólo les falta la gorra al oso y al cocodrilo
ResponderEliminarIndependientemente de que seamos como el escorpión (Scorpion 50R en mi caso, otros son más King Scorpion) y esté en nuestra naturaleza ciertos comportamientos, lo cierto es que hay una cantidad de normas abusivas, absurdas, recaudatorias y totalitarias que lo menos que podemos hacer es intentar burlarnos de los que nos oprimen. Cuando una inmensa mayoría se salta una norma, lo razonable es pensar que es la norma la que está errada.
En Madrid también tenemos nuestra cruz y lo de los radares en túneles a 50 km/h es digno de verse. Da vergüenza ver cómo nos humillamos.
Muy bueno.
Ya me han contado lo de Madrid y que gracias a la rapidísima burocracia, una persona que pasase cada día por el túnel podía perder los puntos que necesitaría para siete vidas, como un gato. En cuanto a lo de la norma tienes razón. La entrada a Barcelona desde Mataró, una recta de casi 4 km, sin entradas de otras calles, tiene tambien la limitación de 50 km/h. Los sabios gobernantes ya han hecho su trabajo, velar por nuestra salud y seguridad, ahora si pasa algo es porque incumplimos debido a que somos unos salvajes. Pues resulta que el 99% lo son, porque circulamos TODOS a unos 80 km/h, que es la velocidad razonable que toda la gente asume como tal.
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