lunes, 6 de junio de 2011

Museo de la Moto de Barcelona


Barcelona, la capital española de las dos ruedas tiene, por fin, un espacio dedicado a la moto, este mes de Mayo se ha inaugurado el Museo de la Moto de Barcelona.
Este nuevo templo para los aficionados, es en realidad una extensión del Museo de la Moto de Bassella, inaugurado en 2002 en esa población cercana a Oliana (Lérida).
Los artífices en ambos casos han sido los miembros de la familia Soler, que encabezados por Estanis, tiene ya tres generaciones de su estirpe volcadas en el apasionante mundo de las dos ruedas.
No deja de ser sorprendente que una ciudad como Barcelona, la ciudad con más motos por habitante de Europa, cuna de tres de las grandes marcas españolas, sede de pruebas del Mundial de Velocidad desde los años 60 y en cuyos alrededores tambien se han celebrado pruebas del Mundial de Trial y de Moto-Cross, no haya tenido una instalación de este tipo hasta ahora.

Hasta la inauguración del Museo de Bassella, el protagonismo por el culto, respeto y protección hacia este tipo de máquinas ha estado a cargo siempre de particulares, que de forma individual han sido los responsables de mantener esta parte tan importante de nuestro patrimonio industrial y cultural, y de que un número significativo de motos hayan llegado hasta nuestros días, siendo el germen de una cada vez más grande afición al coleccionismo. El papel de la administración, de los organismos públicos, de los políticos, ha sido prácticamente inexistente; por mi parte añadiría su actuación, o más bien la falta de ella, a larga lista de reproches de los "indignados".
Los motivos y las preferencias por las que una persona comienza una colección, de lo que sea, suelen ser puramente emocionales, y limitadas a una época, especialidad o marca. Esto solo se puede evitar con elevados recursos, tiempo, conocimientos, dedicación, etc. lo que todo combinado está al alcance de muy pocos.
El Museo de Bassella fué el primer proyecto museístico serio de motociclismo que se realizó en España y partió, como no podía ser de otra manera, de un aficionado excepcional, Mario Soler (1907-1991), padre de Toni y Estanis, el cual consiguió rescatar, restaurar y reunir, después de muchos años, una colección de motos de gran valor, que ha sido el germen primero de Bassella y ahora de Barcelona.

La diferencia, con el resto de coleccionistas ha sido, por un lado, el desarrollo de un proyecto divulgativo sobre la moto, relacionando estas con las situaciones y circunstancias en las que se crearon: técnicas, históricas, deportivas, etc. no limitandose a exponer motos sin más. Por otro lado el haber ido más allá de los límites de su fondo (amplio por otra parte), para conseguir la colaboración desinteresada de numerosos coleccionistas de todo tipo y nivel, que no han dudado en ceder sus máquinas para las diferentes exposiciones que se han realizado.
Los objetos creados por el hombre, permiten ser utilizados como puntos de referencia para situar épocas, actitudes, formas de pensar y de vivir. La moto es uno de esos objetos y en apenas 50 años, ha conseguido ser sin duda uno de los más evocadores y con más valor simbólico e iconográfico de todos ellos.
Las motos son mucho más que MotoGP y 100.000 personas reunidas un día festivo en torno a una cinta de asfalto. Al menos para mí, lo interesante de un nuevo equipamiento cultural como este, es que conseguirá que se acerquen personas que a lo mejor, ni siquiera ven carreras, ni tienen moto, pero que también sienten algo por la moto, aunque sea distinto de lo que siente un aficionado. Algunas de las demandas de los motoristas (seguridad en carretera, reducción de prohibiciones, etc.) no se conseguirán solo con la presión de los aficionados, se necesita que se implique el conjunto de la sociedad y en este sentido, un Museo es un punto de encuentro que favorece el conocimiento de lo que significa este mundo, con tantos matices, que a nosotros nos apasiona.


Es una visita muy recomendable y, para aquellos que no conocen Bassella, seguro que les estimulará a plantearse una escapada hasta la sede principal, y valorar el esfuerzo de unas personas y un entorno (Oliana tiene algo menos de 2.000 habitantes) que han conseguido hace casi 10 años lo que los "cosmopolitas" barceloneses hemos sido incapaces de hacer hasta que los "olianeses" nos han rescatado.


Desde el primer día de este blog, ha figurado el enlace a la web del Museo de Bassella, ahora con sus páginas renovadas y distribuidas en: Museu Moto Bassella, Museu Moto Barcelona y la Fundación Mario Soler.


Museo de la Moto de Barcelona
C/ de la Palla, 10  08002 Barcelona / tel 93-318 65 84
horarios:
• Martes a Sábado: de 10:00 a 14:00 y de 16:00 a 20:00 horas
• Domingo: de 10:00 a 14:00 horas

Museo de la Moto de Bassella
Carretera C-14 km. 134  25289 Bassella (Lleida) / tel  973 462 731
horarios:
• Laborables: de 10:00 a 18:00 horas (cerrado los miércoles)
• Fines de semana y festivos: de 10:00 a 20:00 horas

Fundación Privada Museu de la Moto Mario Soler
Si después de todo esto, piensas que no tienes suficiente con las visitas, la Fundación esta abierta a tu colaboración y creéme, uno de los secretos del éxito de la familia Soler, del Museo, de toda la gente de Oliana y de los que forman parte de este proyecto, es el entusiasmo y pasión que ponen en todo lo que está relacionado con las motos, solo tiene un peligro, .... es contagioso.


6 comentarios:

  1. Tuve la fortuna de visitar Bassella en una compañía estupenda hace un par de años, con ocasión del fin de semana de la Montesada. Allí nos plantamos Ramón, Nacho, José María ... y algunos otros que conoces del grupo virtual que montó el amigo Bartlett.

    Verdaderamente, mereció la pena, pese a lo poco amigo de museos que suelo ser.

    La pena es que siga sin existir un verdadero gran museo sobre motocicleta española.

    Si algún día vienes por Madrid con tiempo (y granas), podemos quedar con Ignacio Medina, que tiene una maravillosa colección de motos de carretera españolas, que pudo haber sido base de un futuro museo de la moto nacional.

    Un placer verte de nuevo activo, camarada. Estaré por tu tierra en unas semanas, haciendo la Impalada. Improbable verte por allí, me temo.

    Un abrazo!

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  2. Tomo nota Julián, y ..... a lo mejor no es tan improbable que vaya a la Impalada, depende de un par de cosas, de momento la moto me la deja mi amigo Eugeni, al que ya conoces.
    un abrazo

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  3. Fue una jornada magnífica aquélla.

    Tendrás que quedarte varios días porque además de lo que propone Julián, tenemos que ir a ver la colección de los hermanos Lozano, la mejor de Bultaco del mundo mundial y la de Montesa de Manuel Casado (para compensar).

    La colección de los Lozano que te decía, la vi en una casa cochambrosa donde estaban apiñadas como mejor podían. El salón para el motocross, una habitación para el trial, otra para la carretera, etc. No podías más que ver la primera porque no podías pasar a ver el resto. Vergonzoso, pero al final han conseguido un sitio digno. Tienen todas las motos fabricadas por Bultaco excepto creo que una (no sé cuál) y muchas motos singulares (la Cobas, el kit parabelum de la Streaker abierto en canal, la sherpa para la nieve, una del Himalaya, ...)

    En fin, búscate cualquier excusa y vente. Prometo devolver la visita.

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  4. El enlace:

    http://www.motocra.com/bultaco/

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  5. Yo voy de prestado también, caballero. Con la King de Pep Itchart. Sería un placer verte por allí ... dicho sea sin ánimo de presionar.

    Y me adhiero a la propuesta de Domínguez: tienes cicerones en Madrid para lo que gustes.

    :-)

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  6. Jopé Jose, he visitado la web y he tenido un subidón que de poco me dá un patatús .... esa fila interminable de Bultacos, me sentía como Hansel y Gretel en la casa de chocolate del cuento, y además la antigua fábrica GAL, eso es Alcalá de Henares ¿no?. En fin prometo no contar a nadie que has proporcionado a un bultaquista tan intensa satisfacción.
    En cuanto a lo de Madrid, vuelvo a tomar nota. Gracias a ambos (y espero poder estar en la Impalada).

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