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lunes, 25 de octubre de 2010

Selva urbana

El cruce de la avenida Diagonal con Paseo de Gracia es uno de los que tiene más tráfico de Barcelona. La Diagonal tiene allí, dos carriles en cada lateral y cuatro carriles centrales, Paseo de Gracia por su parte tiene hasta Diagonal el mismo número de carriles que esta, por encima de ella dos ascendentes y otros dos descendentes. En horas punta, es algo muy similar a una selva urbana, en la que comparten espacio desde los camiones de reparto, hasta los autobuses y taxis, pasando por los vehículos particulares, ambulancias, motos y ciclistas.
Las motos aquí podrían ser el alter ego de unas gacelas de Thomson, ágiles y veloces, circulan cambiando de carril de forma algo anárquica. Uno de los puntos preferidos es el cambio entre calzadas centrales y laterales, que está prohibido. Pero, claro, en toda selva que se precie, y esta lo es, existen los depredadores, que cumplen su función y que en nuestra historia llevan uniforme de policía municipal. Casi cada día a primera hora de la mañana, ocupan su puesto de avistamiento, pero en este caso lo hacen sin disimulo, sin camuflaje, de cara. Las motos vienen por Diagonal y de forma continua, hacen el cambio de carril prohibido. No importa que estén casi cada día a la misma hora y que la mayoría de conductores que a esa hora hacen la ruta, la repitan una y otra vez; llegan al cruce y se lo saltan.

El urbano, relajado y tranquilo, detiene a un motorista; mientras redacta la multa, otras motos siguen saltándose el cruce, pero el ni se inmuta, ni mira hasta que termina con el incauto, levanta la vista y ... otro. Sabe que no le van a faltar nuevas presas, que al igual que los salmones cuando van a desovar, o los ñus y las cebras cuando en su migración anual cruzan los ríos de la sabana africana, donde les esperan osos y cocodrilos respectivamente, los motoristas no pueden escapar a su destino, seguirán pasando y saltándose la prohibición una y otra vez (Si en un momento de euforia sancionadora, se le ocurriera parar a todas las que se lo saltan, bloquearía la confluencia de calles y con ella media ciudad).


A veces parece que las personas en lugar de utilizar nuestra parte de cerebro evolucionado, tiramos de genética y piloto automático, actuando de forma mecánica y programada (igual esta es la de verdad evolucionada). Me refiero a que hay comportamientos, y este es uno bien insignificante, que no podemos evitar.
Lo mismo sucede, por ejemplo, en senderos y caminos de parques urbanos y zonas públicas. Si el proyectista ha diseñado un trazado excesivamente complejo o no hay un punto de interés (paisajístico, arquitectónico, etc) que nos compense la vuelta que hay que dar ..... zas, atajo, que será rápidamente seguido por una multitud de personas hasta quedar marcado en el césped, pavimento, seto o lo que se ponga por delante.
Nota: los urbanos hacen su trabajo haciendo cumplir unas normas que en este caso me parecen excesivamente rígidas. El cruce de motos tiene aquí una anarquía perfecta que, en mi modesta opinión, no entorpece el tráfico. Yo, finalmente, después de mucho tiempo jugando, al final decidí tomar antes el lateral y evitar el cambio de carril.

sábado, 28 de noviembre de 2009

Premiá, motos & canciones

En 1972, las motos ocupaban un sitio importante en nuestra vida de fin de semana y vacaciones, lo de menos era, casi, que te gustaran, ibamos a todas partes en moto así que, lo quisieras o no, formaban parte de tu existencia. Eloisa y Ernesto lo recogieron con mucho sentido del humor, en una canción con letra compuesta por ellos, sobre la música de una canción popular ("Sota, Cavall i Rei, el dimoni juga a cartes").

Las motos en Premià
son el cotidiano tema
potencia que si reprís
la tuya no anda y la mia sí.

Josep Mª es un quemao
con su petardo siempre estripao
Joan Castellví es un esbarao
y con su Alpina mucho cuidao

El Mate es un chulín
sólo sabe que ir en Cota
Fernando vaya fardón
que si Lobito si Matador

Y Juan Alberto tiene talento
aunque su moto no es un portento
y Juan Brotons aunque la estripa
no es que llegue siempre hasta arriba

Los fureros Caco y Tito
tragan polvo de Lobito
y ahí va Vicente Llario
que hasta en moto lleva radio

Y finalmente llega Eduardo
con su paquete siempre ocupado
y aquí termina nuestra canción
sobre las motos y su pasioooooooon.

Eloisa M. & Ernesto F.

viernes, 27 de noviembre de 2009

Puñalada trapera

La vida está llena de sorpresas, de lealtades y traiciones. Ayer le comenté a un amigo, quiero decir ex-amigo, del que de momento no diré su nombre, que no tenía ambiciones restauradoras más allá de las pocas motos que tengo, y este personaje, al que he tratado como a un hermano, como a un hijo, protegiendole y traspasandole toda mi sabiduria y experiencia, que es mucha, va y se destapa con la carta que adjunto. Mientras la leía no he podido evitar unas lágrimas (de descojone, el texto es buenísimo), y pienso que no puedo ser tan egoista para disfrutar yo solo con esta pieza. Sirva esto para destapar de una vez por todas el auténtico carácter de esta persona, aunque los más avezados ya sabreis de quien se trata, juzgad vosotros mismos:

"Es un alivio saber que un auténtico "Predeitor" como tu va a desaparecer del mercado en un determinado momento. La comunidad restaurantil estará sumamente feliz al saber que las aguas vuelven a su cauce y que no se avistan elementos distorsionadores de precios en el horizonte, cazadores de gangas, chupópteros de KnowHow y Knowhere, mearrimoatumecanico y le compro motos, pelotaris nacidos lejos del Pais Vasco, te pillo tu Manuelsoler chasis 003 sin que te des quen, y un sinfín de agravios mas que por falta de tiempo no puedo ennumerar. Pues si, cuando tu te retires podré seguir buitreando como en los viejos tiempos, pero ya no será lo mismo pues mi teatro de operaciones será tierra yerma y esteril despues de tu fugaz pero devastador paso por el mismo. A lo sumo podré pillar alguna bujia NGK usada por 3 o 4 euros. Alguna cámara parcheada o algún que otro montoncillo de hierros oxidados otrora flamantes chasis de moto Española de montaña. Afortunadamente no hay mal que cien años dure. Unas vez que hayas desaparecido rezaré mucho por ti, no llores, no llores mas (Janet dixit)" .
nota: por si alguien tiene alguna duda, todo esto no es más que un duelo humorístico-ficticio entre dos amigos.

martes, 10 de noviembre de 2009

La pirata

Había oído hablar varias veces de ella, personas sin relación aparente decían haberla visto, siempre a partir de medianoche. Surgía de improviso, por detrás, te seguía durante un rato a cierta distancia, hasta que tu coche se averiaba y ello sucedía ...... casi siempre. Todas las apariciones habían sido entre Sant Adriá y Montgat, el tramo de autopista entre el final del término municipal de Barcelona y el inicio del tramo de peaje.
Era un sábado cualquiera, un día de esos que con el paso del tiempo no tiene ubicación fija en la memoria, podía ser de cualquier mes; había salido con sus amigos a cenar y después a tomar una copa. Aquella noche no generó ninguna experiencia, ni situación memorable. Fue al dejar atrás la Plaza de las Glorias y enfilar la autopista, cuando se acordó que tenía que llevar al taller el Jeep. La semana antes, acompañado por Josep Mª, entró aire en el circuito de inyección y el motor se paró, Afortunadamente, iba acompañado por la persona adecuada, el amigo con más conocimientos técnicos que tenía. Gracias a ello supo que si al motor diesel le entraba aire en el circuito y este llegaba a los inyectores, igual que sucede con el corazón de las personas, se detenía. Josep Mª lo resolvió en un periquete. Al llegar a casa, hojeó el manual del propietario y sorprendentemente encontró un apartado en el que explicaba como se purgaba el circuito; esperó no tener que hacerlo nunca. Había acabado de repasar mentalmente el suceso con Josep Mª, cuando el motor empezó a ratear, para girar normalmente después. Inmediatamente se le acumularon los pensamientos, eran altas horas de la madrugada (a mediados de los 70 eso significaba las 2,00 h), estaba en el tramo maldito y el motor estaba fallando, para completar la escena solo faltaba “ella”. Miró por el retrovisor y allí estaba, fiel a su cita con los pobres desprevenidos, ¡la grúa pirata¡. Tuvo que mirar dos veces, por un momento le pareció que la vista le jugaba una mala pasada, un serpentín de luces de color hacía la ola de lado a lado del frontal. Aquel vehículo parecía el hijo bastardo de una noche loca entre el camión Continental de “El diablo sobre ruedas”, opera prima de Steven Spielberg, y Kitt, el Pontiac Firebird Trans Am, protagonista de “El coche fantástico”. Como un buitre acechante, la grúa se mantuvo a cierta distancia, durante varios kilómetros, mientras el motor del Jeep empezó a toser cada vez más. Finalmente se paró, deteniéndose en el arcén, la grúa hizo lo mismo a apenas 3 m., mientras las luces seguían haciendo la ola. Se frotó los ojos, por un momento le pareció que el frontal adoptaba una forma antropomórfica y hacía una inquietante mueca de satisfacción. La deficiente iluminación en aquel tramo junto con las luces de cruce de la grúa impedían ver el rostro del conductor, en cambio se podían apreciar unas mini macetas con geranios de plástico encima del salpicadero; le resultaron familiares, Nicanor, el alcalde de su pueblo también las llevaba en su Seat 600; además de los geranios habían otros ornamentos más propios de una sala de estar hortera que de un vehículo industrial.
Nuestro intrépido conductor, después de repasar el manual, cogió las herramientas y abrió el capó, bajo él se abría un espacio desproporcionado para lo que albergaba, un humilde motor Perkins diesel de 4 cilindros, claro, en USA metían un 6 cilindros de 3,7 l. y 160 hp. Mientras identificaba la bomba de inyección, oyó el ruido de la puerta de la grúa, descendió un hombrecillo con bigote, de unos 40 años, que se dirigió a nuestro conductor: ¿necesita ayuda?, le espetó. El le contestó que no, que se las podía apañar solo. Sintió una extraña sensación de ridículo; por ser un pirata tenía un aspecto muy normal, debía ir de camuflaje pensó. Para colmo se quedó al lado mirando como resolvía la avería, lo que faltaba, el muy buitre esperaba presenciar el fracaso. No había móviles, dejar el Jeep en el arcén no era una buena opción, pero ser remolcado por el pajarraco no le complacía en absoluto, tenía algo de humillante aquel seguimiento, ¡con las luces de Kitt acosando!.
Se concentró como si aquello fuera una operación a corazón abierto, abrió el purgador, bombeó gasoil hasta que rebosó, volvió a apretar el purgador, le dio al contacto y .......... arrancó. Respiró aliviado, la grúa se puso detrás del Jeep y lo siguió, como un cazador sigue a su presa herida, con la seguridad que esta acabará cayendo en el zurrón.
Trazó un plan, en lugar de salir a la general en Montgat, hoy cogería la autopista de peaje, tendría que pagar la astronómica cantidad de 12 ptas (0,07 €) pero valía la pena, al llegar frente al campo de fútbol del Badalona, en donde empieza la bajada, aceleraría a tope, de este modo aunque el motor fallara, con la inercia podría intentar llegar a pisar el negro asfalto de la concesión de peaje, que cual alfombra de bienvenida, esperaría su llegada y con esta su salvación, allí la grúa pirata no podía entrar y había postes de socorro.
Dejaron atrás Sant Adriá, pasaron frente a la fábrica Llamas, una leve subida y alcanzaron la cuesta del campo de fútbol, hasta ese momento el motor giraba bien. Le quedaba solo la bajada hasta Montgat, apretó el acelerador, el motor hizo un leve fallo, el Perkins empezó a traquetear, vibraba todo, estaban bajando a tope, como mínimo ¡90 km/h!. La grúa detrás, con la inquietante ola de luces. 800, 700, 600,...., 200, 100 m. ¡salvado!. De repente el motor dejó de hacer el tonto y funcionó a la perfección hasta llegar a su casa. El lunes a las 9,00 dejó el Jeep en el taller, nunca más volvió a ver a la grúa.

(basado en anécdota real)

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Estrellas de colores & L'Esquena

ESTRELLAS DE COLORES

Uno de los comportamientos típico de los humanos, y que los jóvenes mimetizan rapidamente, es la celebración de ritos en grupo que ayudan a crear y reforzar una identidad común entre sus miembros. Estos actos pueden ser de lo más estúpido, hacer deporte por ejemplo, en si mismo no tiene mucho sentido: darle a una pelota, subir y bajar piedras, tomar curvas deprisa, son actividades sin un fin determinado. Aquel grupo tenía en las motos uno de los objetos de ritual preferidos y una de las acciones favoritas, entonces como ahora, era levantar la rueda delantera de la moto y mantenerla erguida el máximo tiempo posible. En el fondo es una forma de exhibición típica de los machos de cualquier especie, porque claro, esto se hacía preferiblemente delante de las chicas, pero en vez de hinchar el plumaje o darse golpes en el pecho, se levantaba la rueda. Solo había un problema, las motos de antes no eran como las de ahora, andaban muuuucho menos. O sea que levantar la rueda era algo complicado, pero mantenerla erguida mucho más. No deja de ser chocante que a una edad en la que las hormonas mantienen la moral siempre elevada, este entretenimiento consistiera en intentar levantar algo con tan grandes esfuerzos. La única solución era entrenar constantemente, lo de levantarla. En este menester ayuda mucho utilizar un pequeño repechón, un montículo de arena, un bancal, para una vez iniciada la ascensión, tirar fuerte del manillar, porque si había que esperar a la ayuda del motor daban las uvas, y la rueda iniciaba el despegue, que parecía el de los hermanos Wright, o sea visto y no visto.
Aquella tarde el grupo se dirigió a una urbanización cercana en donde había montículos de tierra por todas partes, el paraíso del levantador. Allí estaban ellos con las chicas, alguna pareja, la mayoría libres. Empezaron las maniobras de levantamiento, nuestro protagonista miraba las evoluciones de los demás mientras esperaba su momento, finalmente se decidió. Estaba su primer amor platónico. Hizo el primer intento algo nervioso, nada, dos palmos, otra vez, medio metro. Aquello no podía ser, había que hacer una demostración. Se concentró mientras miraba el obstáculo, comprobó la posición del grifo de gasolina, respiró profundo, apretó los dientes y la mirada, puso primera, dos veces (siempre se comprueba) y arrancó, llegó al obstáculo, mientras notaba en el cogote la mirada de los demás y sobre todo de ella. La rueda inicio el ascenso, a la vez que pegó el tirón de manillar más fuerte de su corta existencia, la rueda subió y subió, hasta que algo detuvo la ascensión; era la entrepierna, esta se interpuso y paró la brutal progresión ascendente. El depósito impactó con fuerza contra las partes nobles y de repente, como si se hubiera tomado un ácido, empezó a ver estrellas de colores e inmediatamente después sintió una sensación desconocida, un dolor novedoso e inexplicable que solo nos está permitido conocer a los hombres. Se había dado un señor golpe en los cojones. El mundo se le vino abajo, nunca mejor dicho, las piernas dejaron de ser aquellas dos torres y se convirtieron en dos palillos. Los acompañantes enmudecieron, mientras los varones no pudieron evitar ladear la cara mientras entornaban los ojos. Mate se dió cuenta rapidamente de la situación y se acercó raudo, sosteniendo la moto mientras protegía de las miradas a su amigo. Ella preguntó extrañada ¿Que le ha pasado?, Mate ágil, respondió: se ha dado un fuerte golpe en la rodilla. nuestro protagonista mientras tanto, intentó mantener el tipo, haciendo un esfuerzo sobrehumano y contraviniendo las órdenes internas del cerebro que le decían: dóblate, mantuvo la verticalidad de su dignidad como si nada hubiera pasado. La nota de cata de aquella experiencia hubiera dicho: fuerte e intensa con larga permanencia.


L'ESQUENA

Después de aquel fracaso, el aprendiz de levantador de ruedas meditó largamente y llegó a la conclusión de que lo que le faltaba eran más horas de entrenamiento. Había que dedicar más tiempo a mejorar la técnica y se puso manos a la obra. En pocos días consiguió levantar la rueda sin tanto esfuerzo. Tres semanas después del día fatídico, fueron a casa de una amiga con otros del grupo. Mientras estaban en la calle, vieron que en la parcela del otro lado, había un talud que estaba pidiendo guerra: !pruébame, pruébame¡. Era de noche, pero aquello no podía representar un inconveniente, enseguida empezaron con el ritual, sucesivas pasadas, mientras a ambos lados se ponía el "público" entre los que se encontraba Caco, hermano de Mate. En una de las pasadas, Fernando, lanzado, inició una levantada que se fué alargando más de lo habitual, y se le presentó un problema nuevo, dirigir la moto. Intentó corregir la trazada pero se desviaba inexorablemente hacia la izquierda, justo donde estaba Caco. Este, despistado por un instante, se encontró de frente al corcel motorizado, giró sobre si mismo y empezó a correr. Era demasiado tarde, Fernando cortó gas y la rueda delantera cayó a plomo, sobre la espalda de Caco, que recibió el golpe del Metzeler 2.75-19", el cual dejó perfectamente marcado en su Chemise Lacoste blanco, el dibujo de los tacos. Todo el mundo quedó en silencio, Caco más, no podía articular palabra, intentaba decir algo, pero las palabras no aparecían por ningún lado. Los presentes, pasmados, esperando aquella palabra mágica, el "Rosebud" intrigante de Orson Welles en Ciudadano Kane. Sin embargo finalmente, surgió un vocablo gutural, profundo pero apagado ....... !L' E..s.quen..a¡ (La espalda).
(basado en anécdotas reales)

martes, 3 de noviembre de 2009

El Simca 1000, relato y realidad

!Carlos se ha despeñado en La Cornisa¡, !que dices¡, ¿se ha hecho daño?, no, afortunadamente parece que está bien, me respondió mi padre. Según le comentaron, se dirigía desde Can Curgui en dirección a Can Bernardó, cuando en una curva de la nueva pista de tierra, el sol le deslumbró, perdiendo temporalmente la visión y lanzándose por un terraplen de arena, donde se detuvo unos 20 metros más abajo al chocar contra una gran piedra.


Por la noche era la comidilla del grupo; apareció Carlos repitiendo la explicación que ya conocíamos. Mate y yo, junto a otros "expertos" no acabamos de ver claro todo aquello, nos miramos escépticos, pero no hicimos ningún comentario. Al día siguiente decidimos hacer una expedición aclaratoria al lugar del accidente y para reproducir las mismas condiciones, fuimos a la misma hora, las 4,30 de la tarde aproximadamente. Naturalmente utilizamos nuestras futuras clásicas, Lobito, Cota, etc. Al llegar al sitio, lo primero que pudimos apreciar fué que la posición del sol estaba a unos 180º de la que tendría que tener para deslumbrar en la curva, o sea al otro lado, debía situarse en el Este y estaba en el Oeste. No consideramos posible un cambio de órbita temporal del sol, de modo que esta hipótesis quedaba descartada. A continuación, examinamos las trazadas de la pista; en un posible deslumbramiento, se deberían apreciar marcas lineales y un brusco cambio de dirección. Sin embargo, lo que podíamos ver eran las marcas de tierra lanzadas fuera de la trazada, lo que significaba que el coche estaba dando gas y derrapando. Intentamos visualizar la escena, el Simca 1000 de color azul, un todo atrás (tracción y motor), ascendía por la pista negociando la curva anterior de izquierdas a toda velocidad y con el pequeño motor exprimido al máximo. Dado que la curva del accidente es un semi-ángulo de derechas y podía frenar la marcha, Carlos intentaba mantener la velocidad haciendo una trazada más abierta, mordiendo cunetas, de repente al entrar en la curva, el contradesnivel junto con la arenilla depositada sobre el camino, provocan un fuerte subviraje, el contravolanteo no puede corregir la tremenda derrapada del tren trasero y el coche se encara hacia el interior de la curva y ....... el talud. Afortunadamente la pendiente de sauló recien extendido hace de freno y el Simca se detiene. Nos quedamos pensativos, de pronto nuestro amigo de iniciales M.C. desde el fondo del terraplen lanza un grito: !!Lo sabía, es que lo sabía¡¡, bajo el tapacubos abollado del Simca asoma un ejemplar arrugado de la última edición del Sport-Auto, la prestigiosa revista francesa del automóvil y aporta una información que lo clarifica todo, la prueba definitiva, el trebol de cuatro hojas de todo CSI: la publicación estaba doblada justo por la página en la que aparece Sandro Munari a bordo del Lancia Fulvia HF en un tramo del recien celebrado Rally de Córcega. Se había hecho la luz. Carlos después de leer el artículo tuvo un subidón de adrenalina y como un Mr. Hide cualquiera se lanzó a tumba abierta a emular a uno de nuestros héroes de aquellos días, para finalmente adquirir por el procedimiento de urgencia una preciosa parcela con vistas sobre el skyline de Barcelona. Todos lo comprendimos, nos miramos, sabíamos que no podíamos contar nada, Carlos era nuestro amigo, hicimos un pacto de silencio que ha durado 35 años, .........., ejem, bueno en realidad, .......... duró un poco menos, esto ............. unos veinte minutos, el tiempo justo de bajar a toda leche desde Sant Mateu, por el camino de Las Piedras y contarlo todo a un círculo reducido de amigos, como hizo José Luís Dominguín después de llevarse al catre a Ava Gardner.

(nota: basado en anécdotas reales)

Hasta aquí, los hechos novelados en base a lo que me contaron, afortunadamente su protagonista, Carlos, me ha enviado el relato exacto y milimétrico de lo sucedido y hay algún punto incorrecto (podeis verlo en los comentarios). De entrada no subía, bajaba, por lo que el sol si que le daba de cara; por ello muchos no entendimos la excusa, pues en teoría no colaba nada, aunque este no fué el motivo, sino una brusca derrapada. No había sauló (arena) recien extendida, es un fallo de memoria, pues ya habian crecido los matorrales. Lo de la revista es directamente una invención mía, una libertad para explicar que los aficionados al motor, de jóvenes, hemos intentado reproducir personalmente aquello que hemos visto en las revistas y aunque no fuera aquel número, aquel día llevaba algún ejemplar interiorizado.
Pero lo mejor de todo son las imágenes del momento (http://picasaweb.google.es/cfreixas1/SIMCA1000), que desconocía por completo, que explican por qué el suceso fué muy comentado entonces y que ahora he incluido. Todos hemos hecho nuestra novatada con el coche, pero pocas tan espectaculares como esta y con final tan feliz.