Pese a nacer más de diez años después de la desaparición de dos de nuestras tres grandes marcas, Carlos es un entusiasta de las clásicas y en particular de Montesa. Cuando le compraron su primera moto, pidió !una clásica!, una Cota 123 de 30 años de antigüedad. A ella le ha dedicado muchas horas hasta que ha conseguido poderla afinar, como exigen este tipo de motos.
El mundo de las clásicas necesita personas como Carlos que, pese a su juventud, mantengan la afición por estas motos, porque al final, sin entusiastas que transmitan la ilusión, este mundo tiene fecha de caducidad.
Montesa Cota 123
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