A priori, el tema de la restauración de clásicas debía terminar aquí, pero ............... durante el proceso Jorge y Nacho se infectaron con una cepa muy resistente (todas lo son) de "clasiquitis". Finalizada la Montesada 2008, Jorge empezó a manifestar sintomas de la enfermedad, que se manifestaron en unos deseos irrefrenables de adquirir una clásica, que no remitieron ..... hasta que se compró un Cota 123.
Nacho por su parte, no pudo estar mucho tiempo parado, el resultado fué la adquisición de una nueva máquina, una Montesa Enduro 250A, en principio destinada a ser reparada de forma rápida, sin mucho detalle. El virus hizo de las suyas y Nacho acabó concursando por segundo año consecutivo en la Montesada 2009 en el apartado de restauración.
Jorge por su parte, empezó a considerar que la Cota 123 sería la moto perfecta para su hijo, por lo que logicamente el se quedaría sin moto, solución, clarísima, otra clásica. En esta ocasión se trata de una Montesa Cota 348 Trail.
En fin, de momento todo esto ha obligado a Nacho a adquirir además una propiedad inmobiliaria en donde alojar las máquinas. Quien diga que lo de las clásicas no te cambia la vida es que ... no sabe de que habla, porque esto aún no ha finalizado, últimamente me ha parecido oir cánticos de Impala.
No hay comentarios:
Publicar un comentario